Hemos desempolvado un concepto siempre usado, aunque con sus tiempos de gloria y de penurias. Es una moda o una manera de ser, pero el Efecto Pigmalión no se inventó ayer. No es una técnica novedosa ni un reciente estudio de universidades gloriosas. Es una manera de hacer y actuar de unos cuantos, que a muchos otros les iría bien tomar nota de los básicos del mismo.

Quien más quien menos conoce el concepto. Y algunos hasta hemos tenido el placer de ver los resultados geniales al aplicarlo.

Tira-comica

Para quien no tenga una idea clara, tal efecto trata de utilizar el puro y basto sentido común. Y es tal la obviedad de su uso y lo real de sus resultados que merece incorporarlo en uno mismo.

Consiste en creer en otro. Hacer saber que la persona que tienes ante ti es capaz de conseguir su reto. El cumplimiento de una perspectiva deseada. Solo con la mera idea de creerlo y transmitírselo, hace más alcanzable y real el objetivo propuesto. Y, claro está, hay que verbalizarlo con fuerza, interés y confianza para que la persona a quien se dice lo crea y lo asuma. Y el mensaje debe decir también un ‘No pasa nada si, aun intentándolo, no llegas a conseguirlo. Porqué es ya muy heroico tratar de llegar. Es de valientes. ¡Eres valiente!’

Aunque subrayo que nada tiene que ver el Efecto Pigmalión con la idea de querer que el otro cumpla expectativas. Es un error muy común pensar en esta línea. Se trata de dar alas a los deseos e inquietudes de otra persona que le falta ese empujón para llegar. Creer en él. Dar confianza. Dar acompañamiento. Transmitir valor y fuerza. Ofrecer la mano y estirar para dar inercia al movimiento. Aportar seguridad y minimizar los miedos que le privan a avanzar. 

 

la_ola_critica1 ‘Die Welle’ o como lo conocemos nosotros, ‘La Ola’ se trata de un experimento social que llevó a cabo en 1967 un profesor de un instituto de EEUU, con el fin de dar a conocer la AUTOCRACIA y todo lo que ella comporta. De lo que no era consciente era de la grave repercusión que tendrían sus palabras y sus actitudes alentadoras hacia el mismo. En poco tiempo se forjó un grupo muy cohesionado y violento de adolescentes que, bajo una misma ideología y un mismo lema, desarrollaban actitudes antes impensables. Este experimento, finalmente, se le escapa de las manos, convirtiendo en poco tiempo en un grupo con actitudes propias de una dictadura. Acaba en tragedia.

Sin entrar a críticar el experimento en sí, de él destacaría un par de hechos que, desde una perspectiva humana y educativa, creo importante destacar:

Primero. Como profesores somos líderes de un grupo. Destaco la importancia de nuestras acciones y decisiones. Nuestra responsabilidad ética en el hacer y en el hablar u opinar.

Segundo. Jugamos con ventaja. La influencia que ejercemos sobre ellos se puede utilizar y transformar de forma positiva en alentar y motivar las acciones de los chicos. Siendo su apoyo y ejemplo.

Tercero. La necesidad de los humanos a sentirnos parte de un grupo social. Sentir que somos valorados y reconocidos por los iguales. En este sentido, nosotros tenemos la obligación de educar en los valores de la solidaridad, el compañerismo, la diversidad, el respeto, la libertad de expresión, etc.

Cuarto. Alimentar mentes críticas. Hacer que vean las ventajas de la no-violencia tanto física como verbal, como recurso fácil para la resolución de conflictos. Alimentar, como decía, la autoestima y la visión positiva de uno mismo para conseguir objetivos ‘ecológicos’, para avanzar sin pisar al compañero/a.

Os dejo la película por si os he despertado curiosidad y la queréis ver. 100% recomendable.

https://www.youtube.com/watch?v=aC-AGLXHpog